Los datos del INEGI muestran que, entre la población ocupada, 3.23 millones de personas no recibían ingresos por el trabajo desarrollado, es decir, un 5.7% del total. Asimismo, 13.66 millones percibían hasta un salario mínimo por su trabajo, es decir, una suma equivalente al 24.13% de la población ocupada. Este indicador es muy relevante porque equivale a una de cada cuatro personas ocupadas en el país.
La fractura del mundo del empleo
